Recientemente los empleados y aliados LGBTQ de Pixar Animation Studios enviaron una declaración conjunta a los líderes de Walt Disney Company afirmando que los ejecutivos de Disney habían censurado activamente el “afecto abiertamente gay” en sus largometrajes.
La sorprendente acusación, hecha como parte de una protesta más grande por la falta de respuesta pública de la compañía al proyecto de ley “Don’t Say Gay” de Florida, Estados Unidos, no incluyó qué películas de Pixar habían usado la censura, ni qué decisiones creativas específicas fueron recortadas o alteradas.

Según una fuente cercana a la producción, el próximo largometraje de Pixar, “Lightyear”, protagonizado por Chris Evans como la supuesta inspiración en la vida real para el personaje de “Toy Story” (Buzz Lightyear), presenta un personaje femenino importante, Hawthorne (con la voz de Uzo Aduba), que está en una relación significativa con otra mujer. Si bien el hecho de esa relación nunca se cuestionó en el estudio, se eliminó un beso entre los personajes de la película. Sin embargo, tras el escándalo que rodeó la declaración de los empleados de Pixar y el manejo del proyecto de ley “Don’t Say Gay” por parte del CEO de Disney, Bob Chapek, el beso se restableció en la cinta.

La decisión marca un posible punto de inflexión importante para la representación LGBTQ no solo en las películas de Pixar, sino también en los largometrajes de animación en general, que se han mantenido firmemente circunspectos sobre la representación del afecto entre personas del mismo sexo de manera significativa.
Hay varios ejemplos de representación LGBTQ directa en películas de animación creadas para una audiencia adulta, como “South Park: Bigger, Longer & Uncut” (1999), “Persepolis” (2007), “Sausage Party” (2016) y “Flee” (2021). Pero en una película animada clasificada G o PG, el enfoque dominante ha sido contar, no mostrar.