Desde hace más de dos décadas, una guacamaya azulamarilla que vive en estado salvaje en Río de Janeiro, Brasil, visita todas las mañanas el zoológico de la ciudad, específicamente el recinto que alberga otras aves de su especie en búsqueda de afecto y compañía.
Los cuidadores de BioParque do Rio han declarado que Julieta, nombre con el que la bautizaron, probablemente se sienta sola y por esa razón se le ve cada mañana intercambiar acicalamientos con sus congéneres a través de la cerca.
“Son pájaros sociales, y eso significa que no les gusta vivir solos, ya sea en la naturaleza o en cautividad. Necesitan compañía. Es muy probable que ‘Julieta’ se sienta sola y por esa razón acude al recinto para comunicarse e interactuar”, señaló la presidenta del Instituto de Guacamayos Azules, Neiva Guedes, a la agencia de noticias AP.

Julieta es la única guacamaya que tanto expertos y habitantes han divisado volar libremente en los últimos años debido a la disminución abrupta de su población en Río de Janeiro, provocando que solo se puedan ver guacamayas en cautiverio en la región.
La guacamayas viven alrededor de 35 años y Julieta que ya no es un polluelo debería haber encontrado pareja para toda la vida hace años, “pero ella sigue teniendo citas”, señaló Guedes. Asimismo, no se sabe con exactitud si Julieta es hembra o macho porque es difícil saber el sexo de las guacamayas a simple vista, se necesita un análisis genético de plumas o sangre o explorar sus gónadas para comprobarlo.
Luego de ser privatizado, BioParque decidió agrandar el espacio de las guacamayas que pasó de 100 metros cuadrados a 1000 metros cuadrados para fortuna de las emplumadas, que tienen ahora un espacio más grande para volar desde el año pasado luego de 17 meses de obras de renovación.

Otra de las iniciativas del zoológico es participar en el proyecto Refauna, en conjunto con programas de investigación de universidades e institutos, que reintroduce animales en zonas protegidas para reconstruir ecosistemas y colaborar con BioParque para criar guacamayas azulamarillas, que serían entrenadas para sobrevivir en estado salvaje y posteriormente ser liberadas en el Parque Nacional Tijuca de Río, lugar donde se ha avistado a Julieta y donde se presume duerme cada noche.
El programa ha vuelto a reactivarse tras la pandemia y se espera que para finales de 2022 se liberen las primeras guacamayas y finalmente Julieta pueda tener compañía y encontrar el amor de su vida.